domingo, 1 de noviembre de 2009

La existencia de los no lugares

Según leyendas urbanas, Extremadura significa “Tierra de pastos”.

Según la etimología popular, originalmente la tierra de pastos no estaba en la actual Extremadura, si no en la provincia de Soria, al otro extremo del río Duero, “Extremo Douro”. Cuando se reconquistó la actual Extremadura a los árabes se recuperó el nombre por ser la autentica tierra de pastos, punto de destino de la trashumancia.

En realidad extremadura significaba “ la tierra que está en el extremo”. Este sentido se le daba en romance, en los reinos del norte de la Península Ibérica, durante la edad Media, a la última porción de sur que hubieran arrebatado Al-andalús.

También en el reino de Portugal se denominó Extremadura a la región de Lisboa, al sur de Oporto y extremo al que se había llegado en las conquistas del siglo XII. Es precisamente. Y es precisamente el portugués el que nos da la clave, pues en este idioma tan próximo, Extremadura continua significando “frontera” o “límite”.

En latín, el plural de extremum (final, límite, lo más alejado…) extrema, extremorum, se empleaba para designar los territorios fronterizos y en especial aquellas franjas de terreno que estaba “extra” fuera de las fronteras y que construian una especie de franja de seguridad a modo de modo de tierra de nadie. Eran franjas de seguridad.

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